viernes, agosto 01, 2008

Pequeñas esculturas




Tuvimos tres perros, pero ahora solo nos queda una perrita muy vieja y muy bajita. En su cartilla dice que se llama Balihoo, una extrañeza que nosotros convertimos en Báliju y que ha derivado en Marijuli.

Cuando mi hijo llega a casa, lo primero que hace es saludarla y acariciarle la cabeza, hola morsa, le dice.

Él ha ido creciendo y cada vez hace una curva más pronunciada al agacharse. Esa figura me gusta mucho. Por eso, la primera pieza que hice en bronce fue esta.




diciembre 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encanta la historia que cuentas de
"Marijuli" y lo bien reflejada que ha quedado en la escultura.