sábado, junio 30, 2007

Sal húmeda


El salero de mi casa era uno de esos frasquitos con unos cuantos agujeros en el tapón, que era necesario pinchar con un palillo porque la sal los cegaba. Eso era porque la sal se humedecía.
También se ponían dentro unos granos de arroz, para que absorbieran una parte de humedad de la que ya no podría apropiarse la sal.
Antes de sacudir el salero sobre el plato, lo golpeábamos contra la mesa, para remover su contenido y que se deshicieran los pequeños terrones.
Con frecuencia, había que desenroscar la tapa, dejar caer un poco de sal sobre la mano y con dos dedos, tomar una pizca y salar el huevo frito que ya se estaba enfriando.
En el salero de mi infancia la sal se humedecía y el salero se volvía inútil. Solo servía para que los niños de la casa se entretuvieran con el palillito

He escaneado el paquete de sal.

Miro la foto y leo una vez más: sal húmeda.

viernes, junio 01, 2007

Pipas

Ocurre, con más frecuencia de la que cabría esperar, que la última pipa de un puñado de pipas que te acabas de comer, esta mala. Muy mala. Lo comento con mi hijo, por ver si es una apreciación muy subjetiva, y esta de acuerdo, es más, añade, siendo algo que no te debería pasar nunca, te pasa bastantes veces. Coincidimos plenamente.