sábado, agosto 04, 2012

Las últimas joyas














Estos pendientes han sido muy laboriosos. Se trata de dos piezas de cobre, procedentes de una plancha de grabado mordida por ácido, a las que he rodeado de un hilo de plata que acaba en una curva desplazada. El diferente grosor de los dos materiales me ha dado todo tipo de problemas en la soldadura. Pero me he quedado muy satisfecha con el resultado final.















Este broche parte de una idea similar a la anterior, pero aquí se trata de seis rectángulos irregulares de cobre, rodeados y unidos entre sí, por hilo del mismo material. Como la ignorancia es atrevida, pensé que al ser las planchas y el hilo del mismo metal, sería más fácil soldarlo. Pero no.
El color inicial, unido al calor y al efecto del ácido sulfúrico, han terminado dando unos rojizos preciosos.















Otros dos fragmentos de cobre, con sus marcas originales de mordidas de ácido y no alteradas por el calor. Rodeadas de hilo de cobre.














Y como se acababa el curso y no tenía tiempo para mucho más, terminé con estas piezas de latón, cubiertas parcialmente de laca roja.